Santiago una herencia para los niños y adolescentes.
Con
alegres cánticos …Sila sila huaytitay, sila sila huaytitay que linda flor eres
tú, huaytitay, silahuaypas sambapa huaytita, a ti sola te quiero huaytita…y con
el retumbar de las cornetas y las tinyas, llega el Santiago, una bella
tradición huanca que rinde culto al señor de los cerros, el Taita Shanti, y
esto no es ajeno a los niños, niñas y adolescentes que viven, revaloran y se
identifican con las tradiciones del Valle del Mantaro.
“Cada
familia vela a su cinta, es decir rinde homenaje al patrón Santiago, para que
le de suerte a los animales, y al siguiente día le hacen la fiesta a los
animales, algunas familias tienen la costumbre de hacer una mesa con una manta
puesta sobre la tierra para compartir la coca y escoger los quintos para así
darle de comer a los animales, en la mesa elijen a un mayordomo, el cual pondrá
la cinta a los animales y le dará de comer la coca o el quinto que han
escogido”, señala Laura una alegre y adolescente que baila desde los ocho años
el Santiago, en Huamancaca - Chico.
“La ciudad incontrastable” vibra. Animales y
pobladores se unen para rendir culto a los a los Apus y al patrón Santiago que
un año más les ha brindado abundancia, en Huancayo, durante la fiesta del Santiago,
el ganado es cubierto de diversos adornos éste ritual es llamado “señalacuy”, se
les pone cintas de colores en las orejas a los animales, colocadas como aretes,
que permitirán que el apóstol Santiago bendiga a la comunidad. Se trata de un
culto a la fertilidad y a la abundancia, en que se incluye, además, los
“casaracuy”, consistentes en el matrimonio de animales; en incluso en ocasiones
se hace casar a una persona con un animal, por lo que el animal pasa a
pertenecerle a su “esposo u esposa”.
En
el Huancayo urbano, la celebración inicia en ese momento. Las personas bailan,
comen y beben al compás de las orquestas y bandas, en los lugares rurales del
valle del Mantaro la fiesta es animada con el yungor y las tinyas. La ciudad
entera se embellece para la celebración, y durante los meses de julio y agosto
cientos de pandillas de jubilosos danzantes, las mujeres con polleras
multicolores y llicllas, los varones con sus ponchos y sombreros adornados con
flores silvestres recorren las calles; al compás de la contagiante música.
Es
así que entre los numerosos músicos que hay en nuestra ciudad encontramos a
Jerson de tan solo 15 años, un músico maravilloso, que cuando toca su tambor
hace que cada célula del cuerpo baile, que los brazos y pies sigan su compás y
te unas automáticamente a ésta celebración, “yo toco mi tambor en la Orquesta
súper Inconfundibles del Perú, yo conocí esta orquesta cuando estaba en Ahuray,
estaba viendo como bailaban Santiago en la plaza y la oruqesta no tenían su
tinyero, se había tomado, y yo lo reemplacé, desde ahí empecé a tocar en esta
orquesta, pero solo tocos en estas
fechas porque estoy estudiando en tercer año del colegio. Yo me siento alegre
al tocar con el conjunto de la orquesta, que me llevan cada año a tocar a diferentes
lugares, dijo con una enorme y linda sonrisa Jerson.
Más
adelante encontramos Jazmín, vestida con una pollera roja de donde colgaba una
pequeña tinya, una faja amarilla, una lliclla negra, un hermoso sombrero huanca adornado con
flores silvestres e ichu y rodeando su torso colgaba una guaya de pan y frutas.
“Me gusta bailar Santiago, porque mi familia baila, mi mamá baila y me divierto
mucho” dijo risueña Jimena.
EL
Vestuario para el Santiago consiste en una lliclla, faja y el fustán y un
sombrero huanca en el caso de las mujeres y oscila en un costo entre 400 a 1400
nuevos soles en venta, dependiendo del diseño mientras más ancho sea el
bordado, esto se debe a que el bordado es hecho a mano puntada por puntada y
color por color que van dando forma a las hermosas flores multicolores del
fustán y se envía a hacer con dos meses de anticipación , el ancho de unos 20
centímetros cuesta 40 soles, y el alquiler del traje completo cuesta 80
soles el día.
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