Los “Churres”


Al subir a una unidad de transporte público en Huancayo y en general en el Perú, ya sea micro, combi o custer, los vemos casi volando por la puerta de vehículo, con las afinadas gargantas…gritando…centro, hospital Regional, Chupaca!!! O Ciudad, Intihuatana, Cajas, Hualhuas!!!. “Pie derecho!, pisa!, lleva lleva! Son los cobradores, más conocidos como “churres”, los hay de todas las edades desde el más anciano hasta el niño, mujeres y varones, siempre los vemos durante nuestro recorrido diario.


Marcia de 12 años me dice, con esa mirada profunda de quien ve  con desconfianza a quien interrumpe su trabajo, “me acuerdo de mi primer día, cuando salí con mi papá a trabajar, me dolió la garganta de tanto gritar todo el día, ese día era mi cumpleaños, ah y ese día mi papá me compró una torta cuando ya regresábamos a la casa, me alegré mucho, sonríe, ah y como te decía me levante a las 4 de la mañana para acompañar a mi papá, porque su churre se había ido, ya no quería trabajar, y mi papá me dijo ya vamos, tú me vas a ayudar, bueno yo no querías pero igual pues me levanté, y empecé a llamar gente, era difícil al principio pero después ya me acostumbré, y ahora ayudo a mi papá cobrando en la combi,  los días que puedo, porque también voy a la escuela y le ayudo a mi mamá en casa porque tengo 4 hermanitos más chiquitos.

“yo estudio mucho, entro a primero de secundaria este año, mi sueño es ser una gran Doctora, y ayudar a mis papás y hermanitos, porque soy la mayor, para que ya no nos falte nada y no pasemos hambre o nos compremos lo que queramos cuando se nos antoje, y tener una casa más bonita que  no se inunda cuando llueva.”

Así como Marcia, hay muchos niños, niñas y adolescentes que trabajan como cobradores de combi, trabajar para ayudar económicamente a su familia, afrontando la pobreza con una sonrisa y con la esperanza de un mejor futuro, en base a su esfuerzo y a su educación, ellos avanzan con esperanza en medio de tantos obstáculos, como avanzan las combis en autopistas con baches que tantas veces han prometido ser reparadas.

Los niños y adolescentes trabajadores organizados, tras muchas reflexiones en torno a su trabajo, proponen una valoración crítica del trabajo infantil, es decir que se debe valorar el trabajo como actividad inherente a toda persona, y que por lo tanto otorga al trabajador una compensación no sólo económica, sino también humana, psicológica y social.

Sin embargo, hoy en día algunos trabajos infantiles, son ejercidos por los niños y adoelscentes trabajadores (NATs) en condiciones de explotación.  Por ello critican las malas condiciones en que trabajan los NATs, así como la falta de una legislación que proteja real y efectivamente el trabajo infantil. 

La globalización de la economía y la liberalización del mercado laboral a nivel mundial han ido acompañadas de una serie de políticas macroeconómicas que han significado para los ciudadanos vivir una modernización desequilibrada si la juzgamos desde las necesidades humanas y sociales, que beneficia en mayor medida a los sectores más favorecidos y deja sólo algún beneficio para los sectores medios y casi ninguno para los estratos más populares abocados a un proceso de exclusión (paro, empobrecimiento, pérdida de beneficios sociales, ausencia de posibilidades de participación social, subempleo, explotación etc.).  Según datos del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) del Perú, la pobreza alcanza el 45,3% de la población y la extrema pobreza afecta al 19.3% de los peruanos, es decir el 64,6% de la población vive en situación de precariedad. De esta forma aparecen grupos poblacionales (entre ellos la infancia) que se encuentran al margen de la economía oficial, que despliegan estrategias de sobrevivencia, realizando cualquier tipo de actividad económica en el sector informal y por cuenta propia, con el fin de obtener ingresos que les aseguren la satisfacción de sus necesidades básicas. La infancia trabajadora pertenece a esa parte de la población que vive en condiciones de pobreza, y cuya regla de vida es resistir.

El presidente de la República,  tiene un gran reto por delante: hacer que la riqueza y la bonanza económica de la que tanto se ha hablado llegue  a quienes de verdad lo necesitan, los pobres. Generaciones y generaciones de familias peruanas que  no han podido superar la pobreza, en buena parte debido a las poco eficientes políticas socioeconómicas de los sucesivos Gobiernos del Perú. Pues frente a esto los niños del        Perú nos dan una lección puesto que  ellos no se amedrentan y enfrentan la vida, de la forma que solo un niño lo sabe hacer con alegría, porque a pesar de que arriesgan su integridad al estar trepados en una combi, con un conductor que maneja como un loco, con unos pasajeros que muchas veces son impacientes,  que no comprenden que éstos chicos solo hacen su trabajo,  y que muchas veces no tuvieron un buen día o no tuvieron para comer, siguen adelante  pues en la magnitud que entendamos la humanidad de los niños y adolescentes trabajadores, en especial los cobradores de combi, aprenderemos que lo importante es respetarlos porque su trabajo es digno y que no es en vano, porque es  la lucha por un sueño,  sueños de los futuros hombres del país y que ellos pueden cambiar el mundo si les damos la oportunidad.

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